Cuando hablamos de negocios en que al manejo le entra toda la familia como si se tratara de organizar la cena de Navidad, puede haber escenarios en que la sinergia que se arma es muy chida y funcional, aún con los problemas comunes de cualquier empresa. Pero así como la cena familiar no siempre es un éxito cuando tus tías no te dejan de preguntar para cuándo el novio o la novia, aquí puede pasar lo mismo: con la confianza y convivencia pueden surgir prácticas administrativas que lejos de ayudar a crecer el patrimonio familiar, terminan en desastre.
Tanto para evitar, como para corregir estas prácticas si ya existen, nuestros administradores estrella, tienen para ti desde su experiencia de primera mano estrategias administrativas para arrancar de raíz los problemas generados por los malos manejos internos que la familia le suele dar al negocio, independientemente del giro. ¡No queremos que terminen agarrados de las greñas!
Por lo general, lo primero es dejar de lado el nepotismo; o sea, sí está cool que todos le entren al pastel, pero no por eso hay que sacrificar el crecimiento. Siempre deben contratar a gente específicamente capacitada y profesional en las labores a desempeñar, evitando sólo llenar el puesto con alguien que no sabe ni qué show, pero es de confianza. Denle chance a esos CV de gente que sí tiene experiencia y evítense un sinfín de problemas económicos y laborales por generar gastos con nóminas que no tienen pies ni cabeza, al igual que la falta de compromiso real hacia lo que debe cumplirse. Con esto no estamos diciendo que por ser parientes necesariamente les valga cacahuate lo que suceda, pero si no están ahí por las razones correctas, esto será ineludible y lo sabemos. No, no somos brujos ni nada, pero lo hemos visto mil veces.
Por otra parte, separar correctamente la relación familiar de la laboral es súper importante; aquí nos referimos a mantener la noción de que lo que realmente se debe sacar a flote es el negocio, teniendo un compromiso real sobre su patrimonio. Para esto, siempre deben poner en claro los puestos y actividades para los que cada uno fue contratado. Como quien dice, cada uno a lo suyo en el trabajo, y todos felices en la casa.
Por último, pero no menos importante, hay que darle la vuelta a los conflictos emocionales no canalizados entre miembros del negocio familiar: éste es, sin duda, uno de los retos más fuertes. Seamos honestos, en la convivencia familiar es inevitable que surjan temas incómodos y controversiales, pero la jugada está en dejarlos fuera y no llevarlos al campo empresarial, para evitar el paro de labores o incluso un declive que los lleve a la quiebra de eso por lo que tanto han luchado.
Así que ya sabes, guarda este artículo y mándalo al grupo familiar, apliquen estas estrategias y sean creativos para solucionar cualquier conflicto que pudiera surgir; cada quien a lo que es experto (y quien no, que comience a actualizar su CV), todos felices y nadie deschongado.
Si necesitan una asesoría sobre éste o cualquier otro tema para administrar su empresa, contáctennos que traemos experiencia, ganas y mucho café.